Por qué la desregulación de las redes sociales impulsada por Trump es mala para la libertad de expresión

Por qué la desregulación de las redes sociales impulsada por Trump es mala para la libertad de expresión

*Michael Gregory para The Conversation

Una de las primeras órdenes ejecutivas que el presidente Trump firmó después de su toma de posesión el 20 de enero de 2025 se tituló Restaurar la libertad de expresión y poner fin a la censura federal. La orden acusaba a la administración anterior de haber “pisoteado los derechos de libertad de expresión al censurar el discurso de los estadounidenses en plataformas en línea”.

A lo que Trump se refería como censura era al intento del gobierno de trabajar con las redes sociales y las plataformas digitales para regular la desinformación, la desinformación y la información engañosa eliminando contenido, limitando su difusión o etiquetándolo, a veces con verificación de datos incluida. Se presentaron acusaciones similares ante la Corte Suprema en 2024, donde los jueces se pusieron del lado del gobierno federal, preservando su capacidad para interactuar y coordinarse con las plataformas de redes sociales.

Sin embargo, la decisión se produjo durante una tendencia hacia la desregulación de las plataformas en línea cuando Elon Musk eliminó las barreras de seguridad después de adquirir X, y Meta y YouTube eliminaron las políticas destinadas a combatir el odio y la desinformación. Con el compromiso de Trump de proteger la libertad de expresión a través de la desregulación, es probable que las plataformas en línea eliminen más barreras.

Como estudioso de la filosofía jurídica y política, sé que la desregulación y la libertad de expresión a menudo están vinculadas. Recientemente ha habido un aumento significativo de fallos judiciales amplios sobre la Primera Enmienda que apoyan la desregulación en todo tipo de sectores del mercado, desde contribuciones a campañas políticas hasta etiquetas gráficas en los cigarrillos.

Esto no es sorprendente considerando que la libertad de expresión ha estado asociada durante mucho tiempo con la metáfora del libre comercio de ideas, estrechamente ligada al valor de una economía de mercado desregulada. Se ha presumido que la forma de proteger la libertad de expresión es a través de un mercado desregulado, y el discurso en las plataformas de redes sociales no es una excepción. Sin embargo, la investigación sobre el discurso en línea muestra lo contrario: regular el discurso en línea protege la libertad de expresión.

La libertad de expresión y sus excepciones

La libertad de expresión en Estados Unidos siempre ha estado acompañada de una serie de excepciones, claramente establecidas por los tribunales, que restringen la expresión basándose en una preocupación contrapuesta por la prevención de daños. Por ejemplo, el discurso que amenaza, incita o causa daño directamente no es discurso protegido.

Sin embargo, cuando se trata de regulaciones basadas en contenidos que tratan de ideas o expresiones ideológicas, los tribunales han sido claros en que el gobierno no debe imponer cargas al discurso que sea objetable. El gobierno no puede censurar el discurso que sea falso pero que no produzca un daño específico e identificable.

A pesar de estas limitaciones legales, los investigadores han sugerido que defender el valor de la libertad de expresión requiere alguna regulación basada en el contenido. Para comprender esta conclusión aparentemente paradójica, es importante comprender, en primer lugar, por qué la libertad de expresión es valiosa. La libertad de expresión le permite ser un miembro autónomo de la sociedad al permitirle expresarse y escuchar a otras personas expresarse.

La gente considera incorrecto que un gobierno prohíba la discusión de un punto de vista o contenido porque viola su derecho como oradores y oyentes a comprometerse con el punto de vista o contenido. En otras palabras, tener libertad de expresión es esencial porque los ciudadanos deben poder elegir libremente lo que dicen y escuchan.

Además, a la democracia le sirve contar con una ciudadanía que sea capaz de participar libre y significativamente en el contenido de su elección. Después de todo, el disenso democrático fue la inspiración original para las protecciones de la libertad de expresión y sirve hoy como la columna vertebral de sus protecciones.

Regular la libertad de expresión

La necesidad de que los ciudadanos de un Estado democrático sean oradores y pensadores autónomos subraya la importancia de la regulación basada en contenidos para defender la libertad de expresión. Las investigaciones han demostrado que el discurso de odio en línea en particular y la proliferación del extremismo en línea en general tienen un efecto paralizador sobre el discurso en línea a través de la intimidación y el miedo. Por lo tanto, las restricciones al discurso de odio pueden apoyar la libertad de expresión en lugar de socavarla.

Además, la difusión de información errónea en línea y las dificultades para detectarla pueden socavar de manera similar la capacidad de las personas para intercambiar ideas y evaluar puntos de vista como oradores u oyentes autónomos. De hecho, las investigaciones muestran que los usuarios no saben distinguir entre afirmaciones verdaderas y falsas en línea. Esta debilidad fundamental socava su capacidad para operar como hablante u oyente autónomo.

Finalmente, la mayor polarización en línea, causada por la difusión de falsedades, socava el punto democrático de la protección de la libertad de expresión. La gente no puede participar significativamente en el mercado de ideas en una plataforma donde se amplifican las falsedades. Es importante destacar que esta idea se alinea con la preferencia de los usuarios de que las plataformas eliminen la desinformación en lugar de protegerla.

Todo esto es evidencia de que la desregulación de las plataformas de redes sociales es una pérdida neta para la libertad de expresión. En los mercados económicos, mantener la libertad de elección del consumidor requiere regulaciones contra la coerción y el engaño. En el mercado de ideas, el principio es el mismo: el libre comercio de ideas requiere regulación.

*Michael Gregory es profesor asociado de Filosofía en la Universidad de Clemson

Este artículo fue originalmente publicado en inglés en The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original aquí: https://theconversation.com/why-deregulating-online-platforms-is-actually-bad-for-free-speech-253015.